lunes, 1 de septiembre de 2008

EL AGUA EN LA ENCOMIENDA DE BÍBORAS (l)











EL AGUA EN LA ENCOMIENDA DE BÍBORAS (I Y ll)
Por: Teodoro Caño Dorado.



LA HUERTA TRADICIONAL EN LA VEGA.
Aunque el aprovechamiento del agua del río para riego posiblemente tenga su origen en la época ibero-andaluza, ya que los dos molinos medievales, el del Castillo y el del Víboro, tuvieron ambos caces anejos que aprovecharon sendas zonas de regadíos.
Las primeras referencias documentales de su existencia las encontramos en la Descripción de la Encomienda de Víboras de l.764, donde aparecen dos huertas importantes incluidas en el Noveno Cuarto; o sea en el de Sierra Grande y del Azulejo y que comprendía 372 fanegas totales; y aunque no especifica su dedicación especial a huertas, se comprende su gran superficie, habida cuenta de su importancia económica al aparecer mencionadas aparte, con arrendadores distintos al del propio Cuarto.
Estas huertas referidas y que en la práctica han existido hasta nuestros días son: La Huerta de la Fuente de la Higuera y la Huerta de Vado-Jaén.
La primera aunque está en la vega, no se regaba del propio río, pues tenía un gran manantial propio, quizás el más importante de la zona, y que en la actualidad se dedica a surtir de agua a las vecinas poblaciones de La Bobadilla y de Los Noguerones.
La segunda, regada desde el propio río, tenía su presa en la que surtía de agua al Molino del Víboro.
La puesta en regadío del resto de la vega es posterior a la desamortización llevada a cabo tras el Decreto de l.836 del ministro gaditano Juan Álvarez de Mendizábal y que tuvo como consecuencia, la venta de la Encomienda en dos partes: los Cuartos Altos para D. Pablo y Narciso Masoliver Ruiz, y los Cuartos Bajos para D. Miguel Castanys y Freixas.
El sistema de explotación más común, tanto de los secanos como de los regadíos, fue el de arrendamiento y que consistía en dejar la tierra en manos de campesinos y hortelanos profesionales experimentados que pusieran en explotación roturando la vega y plantando frutales y alamedas y la consiguiente siembra de hortalizas, a cambio de una renta por un periodo de tiempo determinado y renovable. Pero para poder llevar a cabo este sistema de colonización fue necesaria la construcción de gran número de presas, por el sistema de hincado de estacas en el lecho del río, procediendo al relleno con piedras o sacos terreros llenos de arena y el trenzado de cañas y aneas y la excavación y construcción de caces como principales arterias que conducían el agua desde la presa hasta vega abajo. Estas primitivas presas fueron pronto remodeladas y reforzadas al ser construidas con piedra y mortero, además los caces podían ser terrizos o de obra y para poder salvar los torrentes se construían pequeños acueductos y túneles embovedados. Para cuando se arenaban con las crecidas y tormentas, contaban con un sistema de aliviaderos accionados por compuertas abiertas de tramo en tramo y que al abrirse originaban una corriente que hacía que la arena depositada se fuera arrancando del cauce del caz precipitándose hacia el río y dejándolo limpio sin necesidad de invertir gran cantidad de mano de obra en esta tarea.







EL AGUA EN LA ENCOMIENDA DE BÍBORAS (II)
Por: Teodoro Caño Dorado.
LAS FUENTES:
Exceptuando la Fuente de la Higuera, mencionada en la primera parte de estos apuntes, la Fuente de los Garabatos y los veneros que dan origen al Arroyo de la Mezquita; podemos afirmar que los caudales de las fuentes no son muy abundantes, aunque sí regulares a pesar del estiaje y muy numerosas; especialmente en la zona del Villarbajo, Sierra Grande y falda de la Sierra Caracolera.
El aprovechamiento más común ha sido el regadío de pequeñas huertas y el de servir para abastecimiento para agua potable y usos domésticos de los numerosos cortijos adyacentes, además de servir de abrevadero tanto del ganado destinado al trabajo(mulas, burros y caballos) o ganadería de pastoreo. Destacaremos en este sentido el curioso sistema de rampa existente en la Alberca ovalada de los Garabatos que permitía que el ganado entrara a abrevar y saliera de la propia alberca, los numerosos pilares o pilones; como el de La Cañada Las Parras, que permiten beber amplia y cómodamente al ganado, o el sistema de sifón a ambos lados de la carretera y que se surte de la Fuente de los Contreras.
Los Charcones son depósitos estacionales de agua de lluvia para servicio del ganado, el más importante es el del Coracho, que junto a un camino real y con venero de pozo propio, servía de abrevadero público y también posee un sistema de rampa para que el ganado pueda entrar en él. Otros Charcones hoy desaparecidos eran: el de La Carrasca y el de Las Piedras de Altar.
Otro uso que se le daba al agua de ríos y arroyos era el de mover molinos, asunto que se trató en el articulo del número anterior cuando hablábamos de los caces y presas. En este nos referiremos al curioso sistema de acequia, charcón de depósito y rueda metálica, en su última instalación, que aprovechando la caída superior, movía el molino aceitero de La Mezquita hasta los años 50.
Por sus especiales características de potabilidad y ser aptas para la cocción de semillas podemos destacar: La Fuente de Los Caños, La Morata(Moratilla), Los Dorados, Los Nonos, El Jurel, Las Cabezuelas o El Chorrico.
El sistema de captación más común es la excavación de una zanja hasta el manantial y la construcción de un caño de cobijas sobre lecho de argamasa o cemento, pero también por perforación de minas por medio de galerías subterráneas para el drenaje de las aguas, de pozos, y mixtos de galería y pozo. De este último sistema tenemos ejemplo en la Fuente de las Lagunillas en las Moraledas Altas, con una gran galería empedrada con bóveda de medio cañón, de más de veinte metros, con pozo al final. Otras minas de captación las encontramos en la Fuente del Molino de Gerardo Castillo, la Fuente de Nicolás Calvo en Pereza, el Pilar de la Mina, la Fuente de la Carrasca o la Mina del Chorrico.
En algunos pozos y antes de que se inventara el motor de hidrocarburos se utilizaron Andungas o norias de tracción animal para extraer el agua. Ejemplos de estas últimas han dejado su huella en la toponimia: Noria de Las Provincias y Noria de Las Casillas. Del uso de ruedas o norias de río solo tenemos referencia de la que existió en los años 40 y se utilizó para regar en las Huertas de los Percheros.
Aparte de la costumbre generalizada de lavar en los arroyos y fuentes con la "Piedra de Lavar", portátil de madera o la auténtica que se veía en muchas albercas hasta hace poco tiempo. Mencionaremos el aprovechamiento comunitario para lavadero público de varias fuentes, destacando: Los Pozos de la Cueva de Cazalla, La Asperilla2, el antiguo lavadero de La Carrasca, el desaparecido lavadero de Los Nonos en el Villarbajo y el de Las Moraledas Altas en las Lagunillas, que es el último que queda.2
Otras fuentes potables no mencionadas son: Vado-Fresno, El Gobernador, El General, El Toscón, Los Toros, El Rubio, La Casería de la Lechuguita, Carga-Sevo, La Utrera y Los Hoyones3.
Con aguas de menor calidad y no mencionadas hasta ahora: Los Prados, Cabeza Gorda4, Cerro Gata, El Guarro, El Alamillo, Pilar de Pereza, La Sima, La Utrera, Fuente La Losa...
El baño estival se ha practicado tanto en los remansos del río: "Puente Nuevo y Viejo, Presa de Rísquez, Holgueras, Cerradura,..." como en la mayoría de las albercas de la zona, relacionando en esta ocasión el ocio y otras actividades lúdicas como la construcción de barcos de junco o pequeñas norias de juguete con alguna hortaliza y cañas, e incluso la pesca de truchas y barbos con diversas técnicas: a mano, poniendo anzuelos, con canastas en las riadas o con luz de carburo por las noches.
Además haremos referencia a otras utilidades de aguas especiales como lo son las minero- medicinales sulfurosas que se encuentran en Los Salobrales y El Prado del Nevazo, recomendadas para las enfermedades de la piel, y las salinas o espumaderos que aunque hoy día no se explotan, siguen existiendo sus veneros en La Pasada del Salado y el Mansegoso.
Siempre ha existido una gran tradición de trabajo comunitario alrededor de la captación y conducción de las aguas, de manifiesto tanto en las obras de puesta en funcionamiento de presas de autoconstrucción, limpieza de caces y acequias y prospección y conducción de agua potable o de regadío.
Por último solo me queda añadir, que las fuentes, minas, caces, charcones y pilares y sus usos y costumbres forman parte del Patrimonio Cultural y que debido a los cambios surgidos en las últimas décadas y referidas a instalación de aguas en los domicilios y en el reparto de las aguas de las fuentes entre sus propietarios o la implantación del sistema de riego por goteo, junto a la disminución de la cabaña ganadera, están haciendo desaparecer o cambiar la fisonomía original de todos estos elementos patrimoniales que solo podremos observar de ahora en adelante en fotografías antiguas de algún museo de artes y costumbres populares.
1 La Fuente de los Garabatos, nace en el término municipal de Alcaudete, pero sus aguas se aprovechan íntegramente en el Villarbajo.
2 La Asperilla fue hasta los años 70 el lavadero público de Las Casillas y abandonado cuando sus aguas fueron envasadas en el depósito del pueblo. En la actualidad se encuentra bajo las aguas del pantano.
3 Los Hoyones de Víboras ha sido el venero del que históricamente se ha surtido la población de Las Casillas.
4 La alberca de Cabeza Gorda está junto al camino real antiguo de Martos a Granada y también es abrevadero público.