viernes, 29 de agosto de 2008

EL DÍA DE LA CRUZ EN LA CARRASCA





EL DÍA DE LA CRUZ: FIESTA MAYOR DE LA CARRASCA
Por: Teodoro Caño Dorado

El Día de la Cruz, siempre ha sido la Fiesta Mayor de la Carrasca.

Hoy voy a recordar La Fiesta de la Cruz de aquellos años, cuando los de mi laya éramos aún niños.
Todo empezaba en la semana anterior a su celebración, cuando algunos hermanos se disponían a preparar, tanto el escenario para la orquesta, como la pista y el entoldado.
La pista era de madera y estaba formada por una valla de paños de madera de unos dos metros de longitud, por un metro y medio de altura. Estos paños se unían unos a otros con tuercas formando un cuadrilátero de aproximadamente unos 200 metros cuadrados. De tramo a tramo se fijaba al suelo hincando el trozo de madera que sobresalía en cada uno de sus extremos, a la vez que se sujetaba a los postes de madera que se iban clavando en el suelo después de hoyar la "Era", que era como se denominaba por entonces a la actual plaza de Manuel Carrasco, con unas barrenas que se tenían para tal efecto. En el centro también se colocaba el palo mayor, que daba corriente a los demás toldos, por si un caso llovía.
El principal adorno y aderezo era la retama florecida que iba formando los arcos de la entrada al recinto festivo, el adorno floral de los arcos de entrada a la pista y el decorado principal del tabladillo entoldado que formaba el escenario.
Las guirnaldas de papel de colores y las banderitas también decoraban, tanto la calle Real como la pista del baile.
Por entonces se adornaba con rosas, claveles, celindos y lilas "La Cruz", que presidía la fiesta y que era la que había sobre un nicho de piedra y yeso en la parte superior derecha, según miramos hacia la calle Ancha.
Las actividades lúdicas más señeras y tradicionales era los juegos populares festivos: la cucaña, las piñatas de botijos, las carreras de sacos y de cintas bordadas y diversos concursos de habilidad y destreza, en la que participaban los jóvenes.

Algunas atracciones, de las que por entonces acudían eran: un puesto de turrón, sobre el que se lanzaban monedas de peseta, una caseta de tiro: con chicles, cigarros, llaveros y bailarinas de plástico, un puestecillo de juguetes, globos y baratijas, un bar de campaña y el heladero con su carrito.
No solía faltar el fotógrafo con su caballito de cartón, del que casi todos guardamos alguna foto.

El silbido y explosión de los cohetes, su rastro de pólvora, el sonido de la orquesta de viento acompañando a la procesión con nuestro Cristo adornado de flores y de hermanos, la verbena nocturna con los pasodobles y concursos de cante y baile y la comida de hermandad con sorteo y "VIVA EL HERMANO MAYOR" con subida a hombros y más cohetes, son algunos de los detalles que mejor retengo en mi memoria.

El Día de la Cruz sigue siendo la Fiesta Grande de La Carrasca.

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